La regularización y modificaciones de Catastro desempeñan un papel fundamental en la gestión del territorio. A través de estos procesos, se actualizan y ajustan los registros catastrales para reflejar de manera precisa la realidad física y legal de los bienes inmuebles. Esto contribuye a la transparencia en la propiedad, facilitando la identificación de los propietarios y evitando conflictos y disputas en la tenencia de la tierra.

Además, la regularización y modificaciones de Catastro tienen implicaciones tanto a nivel administrativo como fiscal. Estas actualizaciones permiten al Estado tener un conocimiento actualizado de los bienes inmuebles, lo que facilita la toma de decisiones en materia de planificación urbana, ordenamiento territorial y desarrollo económico. Asimismo, una base catastral actualizada es fundamental para la recaudación equitativa de impuestos sobre la propiedad, garantizando una distribución justa de la carga tributaria entre los propietarios y contribuyendo a la financiación de servicios públicos y obras de infraestructura.